TODO UN SIGLO PARA LA ENFERMERÍA

UN COLEGIO CON HISTORIA

Se inaugura el Colegio de Practicantes de Gipuzkoa
en el verano de 1904
 
 

 Manuel Solórzano




Hablar de barberos de pueblo, de sangradores o de petriquillos nos lleva a otros tiempos de la profesión sanitaria de la Enfermería.

Ya que las primeras citas sobre el Colegio de Practicantes de Gipuzkoa datan del siglo XIX según revistas y documentos que obran en nuestro poder; crisis y momentos de auge se han sucedido, así como frecuentes cambios de situación.

A continuación, cuando surgieron el Colegio Oficial de Ayudantes Sanitarios, el Colegio de Ayudantes Técnicos Sanitarios y el Colegio de Enfermeras, aparecieron dificultades y cambios de ubicación y, de alguna manera, esta asociación guipuzcoana se unió a otras del estado con idea de defender sus derechos profesionales.

La larga historia transcurrida desde la aparición de los primeros profesionales de la Enfermería allá por la Edad Media, por llamarles de alguna manera, ha ido creando paso a paso, con leyes, decretos o, simplemente a través de sus actividades un colectivo altamente profesional que hoy integra el actual Colegio de Enfermería de Gipuzkoa.

El 20 de diciembre de 1870 se crea en el municipio de San Sebastián el servicio sanitario del Batallón de voluntarios de La Libertad, un servicio integrado por tres practicantes, Julián Ezama, José Machicote y Manuel Iturriaga. Son ellos, junto con el practicante cirujano del Tercer Batallón Pascual Múgica, los primeros sanitarios que se conocen en la provincia de Gipuzkoa.

Si acudimos a las fuentes escritas de la época, los datos más antiguos sobre practicantes asociados y en defensa de sus intereses profesionales nos llegan de 1.881, cuando el entonces Cuarto de Socorro reunía de forma periódica a un grupo de sanitarios presididos por Blas Benegas. En esa misma época, en 1.883, las referencias de un sacerdote guipuzcoano, el padre Oraian, al mundo de las prácticas sanitarias nos hablan de la primera partera de San Sebastián, Juana Mª Martínez. En esta misma época se suscribieron los primeros Estatutos y colegiación obligatoria, recogidos en el Real Decreto de 12 de abril de 1898.

Con estas primeras referencias históricas, logradas tras una ardua tarea de investigación en archivos, bibliotecas y hemerotecas provinciales y nacionales, ya hay quien piensa en la posibilidad de escribir la historia del Colegio guipuzcoano. Hasta el momento, sólo Sevilla ha recopilado y publicado los datos y documentación existente en su poder sobre la evolución de estos colectivos profesionales.

Manuel Solórzano, enfermero donostiarra y gran aficionado a la historia, ha seguido los pasos de Luis Mª Aguirreolea y ha continuado su labor recopilatoria. Son numerosos los datos con los que cuenta. Eso sí, se lamenta ante la escasez de fuentes y la pérdida de numerosa documentación en el período de la Guerra Civil. Su gran ilusión es, sin embargo, poder publicar algún día la historia del Colegio, en la que incluirá toda una serie de datos y anécdotas, algunas de las cuales comparte aquí con sus compañeros de profesión.

La historia del Colegio guipuzcoano en las diferentes ramas de las "ciencias del curar", y desde la aparición en 1.855 de la Ley General de Sanidad, por la que se establecen las bases para la creación de estas instituciones profesionales, atraviesa dos etapas de crisis fundamentales: el primero desde 1.915 a 1.920 y el segundo durante el período de la Guerra Civil Española.

Entre los años 1.915 y 1.920 y según documentos pertenecientes al Colegio Profesional de Practicantes de Sevilla, en San Sebastián los problemas económicos hacen peligrar la permanencia del colectivo que, según parece, desaparece durante unos años.

En su nueva andadura a partir de 1919, y gracias al Colegio de Médicos que prestó su local y su revista, el Colegio de Practicantes vuelve a funcionar con fuerza, hasta la llegada de su segunda época de profunda crisis, en el período de la Guerra Civil. En reconocimiento a su inestimable colaboración, será nombrado Presidente Honorario el entonces presidente del Colegio de Médicos, el Doctor Francisco Pérez Cuadrado.

En ese mismo año, 1.919, se crea paralelamente la Unión de Clases Sanitarias para médicos, veterinarios, farmacéuticos y practicantes, con 178 delegaciones y 1.370 colegiados en 48 colegios profesionales. Juan Ramón Aldasoro y Joaquín Núñez acuden en representación del Colegio guipuzcoano, a la Asamblea Vasca de practicantes con el lema de "la unión representa la fuerza y en contra del intrusismo". Además un año antes también Gipuzkoa está presente en el intento de creación de una Unión de Practicantes del Norte, así como en el proyecto para la puesta en marcha de la Federación de Practicantes Vasco-Navarra.

En 1.928 el entonces presidente Francisco Losada presenta algunas denuncias que nos llevan a comprobar el resurgir de la institución. Las matronas se suman a los colegios de practicantes, que a partir de entonces tendrán dos secciones, mientras surge la figura de la enfermera oficial como servicio social, un cargo para el que ya era necesario haber aprobado 4º de Bachiller. En esta época, entre los años 1.928 y 1.935, los practicantes y matronas se reúnen en el Colegio de Médicos y en el Ateneo Guipuzcoano.

En 1.930 un Boletín Oficial Extraordinario del 21 de marzo ubica el Colegio de Practicantes en el número 6 de la Plaza de la Constitución, en su entresuelo derecha; un espacio de dos habitaciones situado encima de la actual Arkubide, en el que se agrupan 80 socios en pro de la "defensa de clase". Las referencias recogidas en los documentos de la época hablan de otras ubicaciones para el colectivo de practicantes de la provincia - la Calle Mayor nº 1 -2º y la Calle Embeltrán nº 11 - 1º-. Aunque es muy posible que otras ubicacionesademás de éstas.

En 1.933 se habla de un segundo piso en el número 4 de la calle Legazpi como nueva sede del colectivo de practicantes sanitarios, No hay demasiados datos para confirmarlo, ya que durante el período de la Guerra Civil, y en años posteriores, desaparece un gran número de documentos, incluidas las Actas del colectivo.
 

En 1.937 -el 8 de enero- se reanuda la actividad del Colegio con su presidente Román Elorz –ahora reelegido- a la cabeza y tras la apertura de un nuevo Libro de Actas. Se envía en esta fecha una comisión guipuzcoana a Burgos para actuar en pro de la defensa de Clase ante la Dirección General de Sanidad.

Pero los problemas económicos regresan y en 1.938 el Colegio, al que desde 1.933 -por orden de la Segunda República- están obligados a inscribirse todos los sanitarios en activo, se reúne en la Unión Artesana (C/Soraluce, nº 1), bajo la presidencia de Feliciano Galparsoro. Eso sí, parece que unos meses más tarde regresan a la calle Legazpi.

Por esas fechas, las autoridades sanitarias estatales programan toda una serie de cambios en sus estructuras que llevan a la creación en 1.944 de los Colegios Oficiales de Auxiliares Sanitarios con secciones independientes para practicantes, enfermeras y matronas. Las enfermeras ya aparecen así representadas en los organismos profesionales, en una época de la que, por desgracia, Manuel Solórzano, quien con ahínco continúa su labor recopilatoria, no ha encontrado datos significativos sobre el Colegio guipuzcoano.
 
 

Unas 500 pesetas al mes

En 1.953, practicantes, enfermeras y matronas se unifican en una única carrera, la de Ayudantes Técnicos Sanitarios. Para entonces, el Colegio de San Sebastián se había ya trasladado, en 1.948, al número 2 de la calle Pedro Egaña, un local de dos habitaciones y un sótano por el que pagaban 500 pesetas al mes. En este mismo local se sitúa , desde 1955, fecha en que se constituye, el Colegio de Matronas, mientras el Colegio de Enfermería tuvo como sedes, por unos años, la delegación de Sanidad de la Avenida de Navarra, primero, y después, un pequeño ático en la calle Carlos I, número 9 de Amara.

En la calle Pedro Egaña permanecerá el colectivo 35 años -hasta su traslado a la calle Manterola en Junio de 1.983- y será aquí donde se unificarán, el 1 de abril de 1977, las 3 Juntas de los Colegios correspondientes de practicantes, enfermeras y matronas en una provisional que creará los nuevos Estatutos del Colegio de Ayudantes Técnicos Sanitarios y Diplomados en enfermería de Gipuzkoa.

Para 1.978, la nueva Junta Directiva del Colegio, presidida por Lourdes Altuna, cuenta ya con la presencia como tesorera de la actual presidenta, Mª Jesús Zapirain. Bajo su mandato el Colegio ha experimentado su más reciente, y tal vez más notoria, transformación con el traslado a las nuevas instalaciones.

Sin duda, el Colegio está cambiando. La modernidad, funcionalidad y calidad de los servicios disponibles en su nuevo emplazamiento dan prueba de ello.
 
 

UN RECORRIDO POR NUESTRA HISTORIA

En 1870 se crea en San Sebastián el servicio sanitario del Batallón de voluntarios de La Libertad los primeros practicantes conocidos en la provincia de Gipuzkoa.

El Real Decreto de 12 de abril de 1898 establece los primeros Estatutos y colegiación obligatoria para los practicantes de la época.

Entre 1.915 a 1.920 los sanitarios viven un período de profunda crisis en su actividad colegial que se repetirá más adelante, durante la etapa de la Guerra Civil Esapñola.

En 1.919 el Colegio acude a la Asamblea Vasca de Practicantes, con el lema de "la unión representa la fuerza y en contra del intrusismo".

En 1.930, el número 6 de la Plaza de la Constitución, entresuelo derecha, será la primera sede conocida de la agrupación colegial.

Ya en 1.933 se habla de un segundo piso en el número 4 de la calle Legazpi como nueva ubicación del colectivo de practicantes sanitarios.

Problemas económicos obligan a los practicantes, ahora sujetos a la colegiación obligatoria, a abandonar su sede y a reunirse en 1.938 en la Unión Artesana.

En 1.948 el Colegio se traslada de nuevo, esta vez al número 2 de la calle Pedro Egaña.

En 1.955 se consatituye el Colegio de Matronas y se situa en la calle Pedro egaña, compartiendo el local con el Colegio de Practicantes, propietarios de las instalaciones.

En 1.955 se unifican las tres carreras en la de A.T.S., pero siguen manteniéndose los tres Colegios.

Durante este período el Colegio de Enfermeras tuvo como sedes, la delegación de Sanidad de la Avenida de navarra y, después, un pequeño ático en el número 9 de la calle Carlos I de Amara.

En 1.977 se unifican los tres Colegios y mantienen su sede en la calle Pedro Egaña.

Desde 1.955, fecha en que se constituye el Colegio de matronas, se sitúa en la calle de Pedro Egaña, donde permanecerá 35 años y donde se unificarán los Colegios de Practicantes, enfermeras y matronas, que formarán el Colegio de Ayudantes Técnicos Sanitarios y Diplomados en Enfermería de Gipuzkoa.

En 1.983 el Colegio de Enfermería de Gipuzkoa (CEG) fija sus oficinas en la calle Manterola.

Mª Jesús Zapirain entra en la Junta como tesorera en 1.978.

El 13 de enero de 1.997 se abren las nuevas instalaciones de la calle Maestro Santesteban que ahora inauguramos.

El 8 de enero de 1.998 se inaugura por fin el Colegio de Enfermería.

JALGI, 20 de diciembre de 1.997 INAUGURACIÓN