Dispensario Médico Santa Isabel Manuel Solórzano Sánchez

 

Consulta del doctor Harriet.

 

Insuficiente el local, el Dispensario se trasladó en 1932 a otro más amplio y confortable al final de la calle San Francisco en el barrio de Gros, al pie del Hospital Civil, con moderna instalación de Rayos X, diatermia, ultravioletas, pequeño laboratorio y almacén de medicamentos de muestras enviados por los Laboratorios o llevados por los médicos para darlos a los enfermos a quienes también se practicaban pequeñas curas y ponían inyecciones o vacunaciones.

Con el traslado y la ampliación de los servicios aumentó también el número de médicos consultantes a los que me agregué (Ignacio María Barriola) en diciembre de aquel año invitado por Carlos Vic, nuestro médico de cabecera. Cada consulta tenía su día fijo de la semana y estaban a cargo de la Medicina de Carlos Vic con José María Gastaminza y Antonio Gonzalo; Cirugía con Michel Leremboure y Ángel Jaén, ocupado éste además en el funcionamiento de los aparatos eléctricos, y Ángel Eizaguirre, hermano de Emiliano, Antonio Echeto atendía a los niños, Augusto Harriet a la vista, Antonio Arrieta hacía la O.R.L.; Julio Albea y posteriormente Agustín Sánchez Martín la ginecología. Podría haber más, pero son los que recuerdo.(Barriola).

Consulta de cirugía, un paciente, tres médicos y tres enfermeras.

 

La clientela fija era muy numerosa, de toda la ciudad y sobre todo del barrio, bien atendida por las enfermeras y Religiosas. Sí es cierto que, como en centros análogos de asistencia pública, no había control alguno de las posibilidades económicas de los usuarios que el Colegio deseaba lo cual era prácticamente imposible. Las naturales molestias de todo consultorio gratuito eran el impedimento formal para quienes contasen con medios para no soportarlas.

Al inicio de la guerra civil el Dispensario se hallaba en plena actividad pero el acontecimiento lo hundió. Las principales figuras de su cuadro médico desaparecieron: los extranjeros, por razones políticas o de seguridad personal, se marcharon al otro lado de la frontera y los otros, por diversos y justificados motivos dejaron de asistir. Personal y clientes se vieron ligados a los avatares de la situación y el Santa Isabel desapareció a sus veintiséis años de vida en 1936.

 

Doctor Carmelo Balda, odontólogo en su consulta.

A decir verdad, desde el punto de vista clínico, no era un centro de formación médica ni de investigación pero, sin duda, cumplió con la finalidad que le asignaron sus fundadores. En la mayoría de las consultas se atendía más al tratamiento del síntoma que al estudio de la enfermedad, una pequeña historia evolutiva del caso quedaba escrita en las pequeñas fichas personales pero ni se llevaban estadísticas ni se hicieron publicaciones. Los enfermos tratados aumentarían, sin duda, los conocimientos y experiencia de los médicos que les trataban, pero el Dispensario, de acuerdo con el genuino significado de su nombre, se limitaba a dispensar a los enfermos las indicaciones y medicación pertinentes que, a fin de cuentas, era lo que deseaban.(2) Ignacio María Barriola

 

ESTADÍSTICA DE 1914:

En 1914 la estadística de los atendidos en el dispensario arrojaba estos datos:

Medicina 1.901

Cirugía 1.239

Oftalmología 1.340

Curas 3.373

Ojos 4.365

Inyecciones 554

Operaciones 148

Total 12.920

 

 

SALA DE CURAS

 

UN DÍA DE SEPTIEMBRE DE 1915

La gente se agrupaba donde iba a pasar la Reina Madre, doña María Cristina, quería verle y mostrarle su cariño y simpatía. Motivos inmensos tenía el pueblo de San Sebastián para ofrecer a la Reina testimonios espontáneos y constantes de profunda gratitud.

Un día de Septiembre de 1915 ante el número 25 de la calle de Larramendi se reunió gran muchedumbre: se esperaba a la Reina protectora. Iba a visitar el Dispensario Santa Isabel, un dispensario gratuito que honraba a San Sebastián, en el que lo más granado de las aristocráticas señoras y señoritas de nuestra sociedad, presididas por doña Inés Brunetti y Gayoso, hermana del duque de Arcos, con la cooperación activísima de doña Luisa Lizariturry de Rezola y los servicios médicos de los doctores Carlos Vic, Michel Leremboure, Luis González Ayani y Luis Olalde, prestaban sus caritativos cuidados, y que gracias a ellos funcionaba con una precisión admirable.

La Reina en su visita se enteró de todos los detalles de la marcha del establecimiento, su régimen, administración, método de las curas, aparatos quirúrgicos y material sanitario del centro, etcétera.

Al dar cuenta el periódico El Pueblo Vasco de la visita, escribía:

 

Las lindas enfermeras, cuyo lindo palmito es ya un bálsamo de consuelo en aquella casa, con una abnegación sin límites que les honra, se esfuerzan, con hechos y palabras, en mitigar los sufrimientos de los pacientes dándoles la ayuda requerida. Timbre de honor glorioso es para estas valientes mujeres, en los tiempos egoístas que corremos, la obra de misericordia de socorrer a los enfermos. Su juventud y su hermosura puestas al servicio de tan humanitaria causa, resplandecen con destellos de virtud”.

 

El establecimiento estaba a cargo de distintas señoras que bajo la dirección de una enfermera con título, religiosa Dominica, habían constituido una sociedad de Damas Enfermeras, que ingresaron en la Cruz Roja Española. El alma de la casa hace 80 años era la hermana Sor Renata, dominica procedente del convento de Nuestra Señora del Pilar, de Ategorrieta, en cuya orden todas tenían título oficial de enfermeras, razón por la cual varias de ellas fueron trasladadas a Francia para cuidar en los hospitales a los heridos de la guerra europea. Según nos relataba el periódico de la época y extraído del artículo El Dispensario Santa Isabel del Diario Vasco con fecha 30 de Septiembre de 1995.

 

Sor Renata (Enfermera)

La gran fiesta del Dispensario Santa Isabel se realizaba en el mes de Agosto, aquí relato la del 12 de Agosto de 1930, que escribían así:

La Junta de Señoras del Dispensario Santa Isabel, que tan intensa labor humanitaria realiza en beneficio de los pobres enfermos necesitados, está organizando su fiesta anual. Esta fiesta del Dispensario, que constituye todos los años una de las notas culminantes del veraneo, tendrá lugar el martes día 12 a las cinco de la tarde, en los magníficos salones del Kursaal. Consistirá en un té, seguido de baile y amenizado con gratas situaciones que iremos dando a conocer en días sucesivos. Como siempre, la fiesta del Dispensario Santa Isabel, modelo de organización, de buen gusto y de esplendor aristocrático.

Servirá para reunir en el, …………………

La Voz de Guipúzcoa. Diario Republicano. 10 de agosto de 1930

 

El 14 de Julio de 1935 para celebrar la Fiesta Nacional Francesa, el doctor Carlos Vic dio una recepción, así era relatado en los periódicos de la época, 10 de julio de 1935.

Pasando consulta el doctor Harriet.

 

OTRO ARTÍCULO RELATABA:

 

El Dispensario de Santa Isabel es una benemérita institución donostiarra, que tiene sus instalaciones, salas de cura, de operaciones, de rayos X, laboratorio y farmacia, en el populoso barrio de Gros, donde un cuadro de especialistas y varios equipos de solícitas enfermeras, prestan su generosa asistencia científica a los pobres, hombres, mujeres y niños, que invaden sus salas cotidianamente. El día 13 a las cuatro de la tarde en los salones del María Cristina celebrarán su fiesta.. Diario Vasco, 20 de julio de 1935.

 

En igual términos nos encontramos con las referencias en el Diario Vasco de la Fiesta del Dispensario Santa Isabel, en los días 7 y 13 de agosto de 1935, así como el 8 de noviembre del mismo año.

Encontramos con referencia realizada el 22 de noviembre de 1935 en el mismo periódico de: En el Dispensario Santa Isabel fue entregada la Medalla de la CARIDAD de San Sebastián al Doctor Carlos Vic.

Nos encogió la muerte del Ilustre. Doctor Vic, gran Donostiarra y amigo de España, que fundó en 1909 el Dispensario Médico de Santa Isabel gratuito para pobres. Referencia en el Diario Vasco, con fecha de 23 de marzo de 1940

 

 

FESTIVAL BENÉFICO PARA EL DISPENSARIO DE SANTA ISABEL

El Dispensario Santa Isabel para asistencia gratuita de los pobres, que lleva ya más de 30 años (en total 34 años - 1909) realizando esa benemérita labor, tendrá el sábado nuevos ingresos para sus caritativas tareas; y los pobres donostiarras seguirán recibiendo asistencia contentos de ver como se acuerdan de ellos sus convecinos. ¿Es la institución benéfica la que acumula los pedidos de la Casa Nerecán, teléfono 10.356, Avenida de España ? ¿O es el interés? Diario Vasco 5 y 6 de Mayo de 1943.

En el Festival, el lleno está garantizado y el que no tenga billete para ver "Morena Clara" tendrá que apresurarse a ver la segunda representación que tendrá lugar a la noche.

Y es que a "Morena Clara" de mañana; constituye un éxito singular entre los aficionados; también tenemos hoy más nombres que destacar y completan el cuadro artístico del Orfeón Donostiarra. Por ejemplo Carmen Belaustegui y Alicia Arce, de graciosa desenvoltura escénica y primeras figuras con Carlitos Munguía el tenor cómico que debutó con tanto éxito en la VIII Semana Lírica que sigue a la solera de cómicos de nuestro Orfeón y nuevos elementos como Antonia García debutante del próximo seguro éxito y Manuel Martínez que con Rafael Aranda constituyen un plante de valía notable. 7 de mayo de 1943 el Diario Vasco

 

El anuncio del periódico decía así:

Hoy "Morena Clara" a Beneficio del Dispensario Santa Isabel. Gregorio Beorlegui, magnífico actor y directos del cuadro artístico del Orfeón Donostiarra que hoy conseguirá otro triunfo señalado en la interpretación de <<Morena Clara>> a beneficio del Dispensario Santa Isabel. 8 de Mayo de 1943 Diario Vasco.

 

 

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